Los fabricantes de bebidas no carbonatadas (agua, jugos, tés, etc.) generalmente confían en PET (polietileno tereftalato) para hacer embotellar sus bebidas. A través de los últimos 20 años, las botellas de plástico se han vuelto más delgadas en línea con requerimientos ambientales y de costo. Sin embargo, hacerlo ha resultado en reducir el peso de los polímeros PET en las botellas, resultando en botellas con sus muros más débiles.
Después del llenado, las botellas deben ser almacenadas de tal forma que puedan ser transportadas a los clientes. Con muros más débiles, las botellas más débiles en el fondo de una estiba, se rompen bajo el peso de las botellas arriba, creando condiciones inseguras y costosas pérdidas de producto.
Este problema puede evitarse presurizando las botellas. El nitrógeno es el medio perfecto porque está disponible en forma líquida. Cuando el nitrógeno se vaporiza, se expande a 682 veces su volumen líquido. Adicionalmente, es inerte, protegiendo la bebida de la oxidación, la cual puede llevar a desperdicio de la misma y pérdida de ingresos.
Suministramos el nitrógeno líquido (LIN) que necesita para los sistemas de dosificación más común mente usados en las instalaciones de embotellamiento. Dichos sistemas agregan una gota de nitrógeno líquido y la atrapan a través de tapar inmediatamente la botella. La gota atrapada se expande a medida que vaporiza e incrementa la presión interna. El incremento de presión "rigidiza" la botella, haciéndola lo suficientemente robusta para que pueda apilarse con éxito.